Terapias y terapeutas
¿Todos los “psicoterapeutas” son psicólogos clínicos?
La psicología es una ciencia muy amplia que se dedica al estudio de los procesos mentales en diversos campos y áreas de conocimiento. Así, hay psicólogos educativos que estudian los procesos de enseñanza y aprendizaje, psicólogos industriales que se dedican a los procesos organizacionales, de ejecución y trabajo, psicólogos humanistas dedicados a los procesos emocionales, y finalmente, psicólogos clínicos que se dedican a la salud mental. Que un profesionista sea un “psicólogo”, no significa a priori que se dedique a la salud, tanto como ser “abogado” no significa a priori que se dedique al litigio.
Si bien esta distinción es simple y clara, muchas personas siguen creyendo que la asistencia sanitaria en el campo de la salud mental es algo que se puede ejercer con conocimientos parciales, como pueden ser los adquiridos a través de un libro, un curso, o un diplomado. Esto ha tenido como consecuencia una cantidad creciente de “psicoterapeutas” que promueven diversas modalidades terapéuticas cuya eficacia y seguridad ha sido desmentida con los años. Pese a ello, muchos pacientes siguen cayendo en psicoterapias poco confiables, muchas veces por el desconocimiento que el mismo “psicoterapeuta” tiene sobre la verdadera eficacia y seguridad del tratamiento que promueve.
¿Cómo reconocer si la psicoterapia que me están recomendado pertenece a la psicología clínica, o es charlatanería?
Debido a la naturaleza poco seria de las terapias falaces, todas ellas presentan rasgos muy similares en cuanto a la forma en que se promueven y difunden para evadir las críticas de la comunidad científica. Si la terapia que le están recomendando tiene una o más de las siguientes características, seguramente se trata de charlatanería:
1. Surge como la respuesta definitiva a un problema asegurando que todos los padecimientos tienen un mismo origen.
Dado que las psicoterapias falaces carecen de fundamento científico, se apoyan en el folclor popular o conceptos asimilados socialmente para proporcionar una respuesta fácil y rápida a cualquier problema que un paciente puede tener. Así, se basan en atacar el “origen” o “la verdadera raíz” de una enfermedad, señalando casi siempre que el culpable es un “desequilibrio”, un “déficit”, un “bloqueo” o una “intoxicación”.
2. La información disponible está dirigida a convencer a la persona de la efectividad del “tratamiento” e incitar su pronto consumo.
Una verdadera aproximación científica a una enfermedad, reconoce sus propias limitantes y suele poner en una balanza los beneficios y los riesgos de un tratamiento. Por el contrario, los tratamientos falaces se caracterizan por una fuerte campaña de difusión de sus beneficios, la ausencia de efectos secundarios, la espectacularidad de su rapidez y su bajo costo, casi siempre de forma comercia en medios masivos como la TV o el internet.
3. Mezclan términos y conceptos de disciplinas serias para dar explicaciones “científicas” de su funcionamiento.
Esta es quizá la característica más notoria de las terapias falaces. Con la intención de despistar a los pacientes y aparentar pertenecer al campo del conocimiento formal, este tipo de tratamientos hacen uso de terminología científica para explicar su funcionamiento. Algunas de las nociones más recurridas son: “energía cuántica”, “biomagnetismo”, “resonancia”, “frecuencia”, y “campos energéticos”. Sin embargo, basta revisar un buen diccionario para descubrir que las palabras que utilizan no tienen nada que ver con los significados que les atribuyen. En ocasiones se encuentran frases tan lejanas de la lógica como “el fundamento de esta psicoterapia está en la física cuántica”, o “esta terapia aplica los conocimientos más innovadores de la resonancia de Schumman”.
4. Inventan descubrimientos que rescatan técnicas antiguas.
Una forma adicional que tiene los tratamientos falaces para validar su efectividad, es acudir al redescubrimiento de conceptos, ideas o métodos antiguos para justificar la efectividad de los tratamientos. En estos casos se utilizan frases como “sabiduría milenaria”, o “medicina tradicional”, aunado a alguna cultura mística, como la china, egipcia, maya o hindú. A veces pretenden venderse como una terapia que siempre ha existido pero “gracias a las técnicas modernas” se ha perfeccionado. En ocasiones estas “técnicas milenarias” van de la mano con la venta de productos como infusiones, pomadas, aceites esenciales y artefactos para la estimulación de cierto estado anímico.
5. Proporcionan testimonios, anécdotas y casos de pacientes que testifican a favor del tratamiento.
El toque final de la mayoría de las terapias falaces es la frase “pregúntele a quien ya lo ha probado”, citando testimonios, anécdotas y descripción de casos de personas que han “cambiado su vida” o “resuelto todos sus problemas” después de tomar el tratamiento. Esta práctica se opone a toda ética profesional, y su uso refleja la falta del más mínimo respeto por la privacidad, derechos y garantías individuales de los pacientes.
6. Denuncias hacia la medicina, los sistemas de salud, el gobierno o la industria farmacéutica de lucrar con la enfermedad y esconder la verdadera cura natural de las enfermedades.
Esta es una característica de la charlatanería que ha cobrado mayor fuerza a partir de la libre difusión de ideas en internet. Debido a que los charlatanes tienen como objetivo lucrar con las personas, una forma de ganarse la simpatía de las masas es asegurar que las enfermedades tienen una cura “real y natural” pero que esta cura dejaría en quiebra a alguna empresa o sistema sanitario, y por eso se mantiene en “secreto”. Del mismo modo relacionan la fe, con la noción de libertad para desacreditar la asistencia sanitaria y presentarse como gente bienhechora que posee un secreto curativo del padecimiento. Estas personas son especialmente peligrosas porque hacen uso de todo hueco legal para promocionarse, y demandar por difamación a todo aquel que les desmienta. El autismo, el déficit de atención, el retraso mental y los tumores cerebrales no tienen curas mágicas ni milagrosas.
Buen día, hablando de terapias falaces quiero consultar particularmente sobre una que a mi parecer esta poniendose de moda, al menos en el lugar donde vivo. «Terapia psicologica con flores de bach», yo busque la ayuda de un psicologo por una diversidad de problemas que considero no puedo manejar sola y alguién conocido me recomendo esta terapia y acudi un tanto por curiosidad y otro tanto por necesidad de probar si el terapeuta era realmente bueno porque lamentablemente no he podido encontrar uno con el que me sienta comoda o bien note cambios relevantes. Por principio de cuentas no me senti comoda con mi terapeuta, francamente no me inspira confianza para poder contarle mis problemas sin sentir que estoy siendo juzgada y en este primer punto no sé si este sentimiento sea normal, es decir, que suceda frecuentemente, en segundo lugar la persona que ofrece las flores las hace llegar al terapeuta en base a las necesidades del paciente por lo que asumo que charlan sobre los problemas del mencionado paciente entre ambos y aqui no sé si esto sea ético o no y por último tengo que comentar que si empece el tratamiento y en la siguiente consulta el terapeuta pregunto como me habia sentido con las «flores» y mi respuesta fue… sin cambios y me dijo «que extraño, a todo mundo le funcionan al poco tiempo de tomarlas»…. y despues de tanto rodeo lo que quiero preguntar si estas conductas son normales, si el tratamiento es valido o si debo considerar cambiar de terapeuta. Muchas gracias!
Apreciable Karina,
El remedio por Flores de Bach entra en la categoría de “terapia alternativa”, es decir que no está avalada ni en eficacia terapéutica ni en seguridad clínica, por lo que su uso queda bajo la responsabilidad de su promotor y el consumidor.
En términos estrictos, sólo existen 4 estudios clínicos documentados y publicados sobre la eficacia de los remedios de Flores de Bach en seres humanos. A continuación un resumen de los 3 últimos resultados:
1. Estudio de eficacia terapéutica de Flors de Bach en el déifict de atención, realizado por Pinvot S, et. Al. Israel, año 2005 y publicado en el European Journal of Paediatric Neurology: No se demostró eficacia terapéutica superior al pacebo.
2. Estudio de asignación aleatoria a doble ciego de la eficacia terapéutica de las Flores de Bach, realizado por Armstrong NC, et. Al. Reino Unido, año 2001 y publicado en el Complementary Therapy Nursery Midfiery: Sólo se demostró eficacia en la percepción del estado de ánimo auto-reportado por los pacientes, pero no se modificó ningún síntoma objetivo.
3. Estudio de la eficacia de las Flores de Bach en la ansiedad, realizado por Walach H et. Al. Alemania 2001, y publicado en el Journal of Anxiety Disorder: No se encontró diferencia estadísticamente significativa entre las flores de Bach y el placebo para combatir la ansiedad.
En conclusión, los remedios con Flores de Bach son catalogados actualmente como placebos, es decir, sustancias inertes sin ninguna eficacia terapéutica, y sólo se utilizan para sugestionar cambios sutiles en los estados de ánimo de las personas con la misma eficacia que el agua.
Le recomiendo cambiar de especialista.
Espero esta información le sea de utilidad.
soberbio!
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Apreciable Blanca, su pregunta queda fuera de los alcances de este portal. Le pedimos consultar el tema con un especialista.
Hola; soy Luz: tengo una gran frustración que no logro superar, enviude a los 26 años, mi esposo falleció en nuestro hogar en mis piernas y yo no puede hacer nada para salvarlo, cierto dia el llego de la calle y detrás de el unos tipos que sin medir palabras nos disparaban, en el hecho me dieron 7 impactos de bala 2 de ellos en la cabeza, como sobreviví tuve que salir del pueblito y llegar a una ciudad que no conozco y sola, y enfrentar esta perdida para mi ha sido refuerrte a esto le sumo los cambios de ciudad, trabajo, amistades. Ya hace casi un año que sucedió esto pero no logro recuperarme y esto ha echo que tenga cambios en mi personalidad me he vuelto malgeniada, grosera, humillativa y lo peor de todo no le encuentro sentido a la vida cuando yo era una persona soñadora, no logro que nada toque, mi alma esta vacía, como dicen muerta en vida, siento que con la muerte de el y su partida mi vida una parte de ella se la hubiera llevado el y cada día que pasa mas me pierdo en mi misma. La verdad no se que mas hacer e inventado cuentas cosas creo que me ayuda pero todos fracasados,por que por mas que me esfuerce mi único deseo es estar con el.
Apreciable Luz,
Está en lo correcto y debe externarlo con su terapeuta.
Saludos cordiales,
C.M.
es posible que tubiera daño cerebral en sectores que influeyen en su comportamiento hable con su terapeuta opsicologo quiza necesite medicacion
Hola , gracias por este articulo tan esclarecedor.
Empiezo a estudiar psicología en unos días y me ha sorprendido lo de que la Psicología Humanista se encarga de Procesos emocionalesy que la Clinica de la Salud Mental.
¿ No es lo mismo la salud mental con los procesos emocionales ?
Que ámbito de actuación tendría un Psicólogo Humanista y otro Clínico ?
Apreciable Miguel Ángel,
Su inquietud refleja una de las preguntas más comunes que los psicólogos enfrentan al final de su formación, por lo cual es un gran atino cuestionarlo desde antes de estudiar.
La diferencia entre un psicólogo humanista y uno clínico es muy parecido a un abogado civil y a uno penal. Si bien los conocimientos tienen una base similar, es el abordaje del objeto de estudio en que se modifica.
Para el psicólogo clínico, el objeto de estudio es la psicopatología principlamente, circunscrita en un entorno sanitario. Desde esta perspectiva el psicólogo clínico se atañe a los estándares sanitarios como la enfermería y la medicina.
Para el psicólogo humanista, el objeto de estudio es la subjetividad. Es decir, el fenómeno mismo de la psique humana. Si bien tendrá conocimientos en psicopatología, su formación no va encaminada a la asistencia sanitaria, sino a la comprensión subjetiva de la experiencia humana.
En términos didácticos, un psicólogo clínico está calificado para atender depresión, trastornos de ansiedad, déficit de atención, etc. mientras que el humanista está calificado para proporcionar orientación psicológica y consejería en temas de hábitos, manejo de conflictos, resolución de problemas interpersonales, etc. que no son manifestación de una patología sino más bien parte del día a día de una persona.
Hay áreas que los psicólogos humanistas no pueden tocar debido a la naturaleza de la patología, como es el manejo de las psicosis, la epilepsia, la anorexia nerviosa y las adicciones.
Como todo, hay excepciones y cambios de criterio de país en país, por lo que esta no debe tomarse como una descripción categórica.
Espero haber podido ayudarlo en su percepción de las diferencias entre el enfoque clínico y el humanista.