El Principito y el Rey: confundiendo los resultados de una psicoterapia

Todos conocemos el viaje que El Principito realiza a diferentes planetas, tal como es narrado por Antoine de Saint Exupéry. En uno de esos planetas había un Rey, quien se jactaba de controlar todo el universo. El Principito al pedirle una prueba de tan impresionante poder, el Rey le ordena a las estrellas que aparezcan en pleno día. Sin embargo las estrellas no aparecieron, y El Principito preguntó por qué no hacían caso. El Rey respondió petulante, “ya verás cómo me obedecen al anochecer”.

Así como El Rey, muchas terapias psicológicas que en su momento fueron catalogadas como “efectivas”, han sido desveladas como totalmente ineficaces gracias a la práctica basada en evidencia. Ya sea tanto para provocar un efecto tanto como para demostrar que un efecto está directamente relacionado con la terapia en cuestión. ¿Por qué entonces se creía que sí eran efectivas y durante años fueron apoyadas por la comunidad de psicólogos?

El tiempo como variable extraña

La armonización de la metodología en investigación clínica, y más aún, en investigación de terapéutica no farmacológica, como es el caso de la psicológica, tiene menos de 50 años. Fue durante la era de la postguerra cuando surgieron las dos grandes escuelas de investigación en psicología. Por un lado, el laboratorio de psicología de Wundt en Alemania, considerado como muchos el lugar de nacimiento de la investigación psicológica en occidente. Del otro lado, surge dentro del régimen soviético el laboratorio de Luria,  cuna de la disciplina que después sería denominada neurociencia.

Ambas escuelas desarrollaron y perfeccionaron técnicas, métodos y diseños para validar presupuestos teóricos de forma empírica para luego desarrollar modalidades de intervención efectiva. Pero no fue hasta la incursión de la informática, la bioestadística y la globalización, que la investigación en psicología sufrió su más importante cambio. Antes de la década de los 90 del siglo XX, la investigación se centraba en validar teorías para luego desarrollarles utilidad práctica. Sin embargo, la mayoría de la investigación obvió durante años, una variable extraña en todas estas investigaciones que parecía no tener relevancia: el paso del tiempo en el evento observado.

Es la bioestadística la que descubrió que la prevalencia de un evento varía, no sólo por los factores de riesgo asociados al mismo, sino que oscila en el tiempo incuso cuando no hay variaciones en los factores asociados como desencadenantes del evento. Al tener todas las variables controladas, la única que parecía ser la causante de dichas variaciones era el paso del mismo tiempo. ¿Cómo podía ser posible esto?

Psicoterapia comparada contra “no hacer nada”

Antes, era muy simple demostrar  la eficacia de una psicoterapia. Se tomaban dos grupos, uno era expuesto a la terapia de interés, y el otro era un grupo control. Al finalizar el experimento, se contrastaban ambos grupos para obtener un tamaño de efecto o un valor de eficacia terapéutica. Esta metodología se basaba en la hipótesis de que “no hacer nada”, no tenía efecto alguno. Hoy sabemos que varios efectos psicológicos (que no terapéuticos) interfieren en los resultados de las investigaciones clínicas de formas que antes se dejaban pasar de largo.

El principal efecto es el denominado “efecto de expectación” o “efecto de expectativa”. La forma más sencilla de describirlo es con un ejemplo muy sencillo. Si yo me tomo una aspirina para curar el dolor de cabeza, estaré esperando ver un efecto en mi dolor de cabeza. Lo mismo pasaba en las investigaciones psicológicas. Los pacientes que recibían tratamiento contra la depresión, esperaban ver un efecto del tratamiento en su depresión. Esta sola expectativa de efecto provoca cambio en la manifestación de los síntomas. Si a esto le sumamos que a un paciente depresivo le decimos que está en el brazo de “no tratamiento”, el sólo saber que no está recibiendo tratamiento empeora el cuadro.

El efecto de expectativa hizo que muchas terapias reportaran valores de efectividad exageradamente superiores a lo observado en la clínica.

A la llegada de nuevos diseños experimentales como la asignación aleatoria, el uso del doble-ciego y el uso de tratamientos placebo y tratamientos simulados, el efecto de expectación se vio francamente disminuido, junto con otros procesos como el efecto placebo y la sugestión. Sin embargo, el paso del tiempo seguía afectando los resultados.

Las enfermedades no son estáticas

Estos hallazgos llegaron a los científicos a profundizar todavía más en las metodologías para evaluar eficacia, y se toparon con una nueva realidad: una enfermedad se manifiesta de forma distinta con el paso del tiempo. Esto significaba que, al diagnosticar un paciente con Estrés Post traumático, después de cierto tiempo desaparecían los  síntomas del cuadro, con o sin tratamiento.

Este cierto tiempo se volvió entonces en la nueva variable a investigar en psicología. Muchas curas milagrosas (como las órdenes del Rey a las estrellas) se atribuyen efectos terapéuticos cuando en verdad simplemente dependen del paso mismo del tiempo. Muchas personas llegan a consulta con historias fantásticas de cómo se curaron de la depresión tomando baños de luna, cuando en verdad no se dan cuenta que lo que padecían era un Síndrome de Depresión Estacional, el cual desaparece por sí mismo tras el equinoccio de marzo.

La bioestadística nos ofrece ahora herramientas para lidiar con el paso del tiempo en la población de interés. Gracias a ellas, podemos decir que la depresión es una epidemia debido a los valores de incidencia y prevalencia a lo largo del tiempo. Algo que sólo se podía hacer de forma estática. También podemos comparar la evolución de dos poblaciones aparentemente iguales en diagnóstico, pero diferentes en la evolución de su enfermedad.

Trastornos como la ansiedad, las fobias, el estrés y el TOC son ahora investigados no sólo a partir de su diagnóstico, sino de su evolución. Gracias a ello, nuevas técnicas psicoterapéuticas validan su eficacia a través del tiempo y no sólo dentro del laboratorio.

Comments
6 Responses to “El Principito y el Rey: confundiendo los resultados de una psicoterapia”
  1. bields84 dice:

    Belo blog sobre psicologia!

    Frequentarei aqui mais vezes!

    Esse post realmente tem a ver com o que eu procuro sobre psicologia!

    se quiser que eu publique algo de sua autoria, é só falar que eu coloco no meu blog com sua identificação e endereço do blog!

    da uma olhada no http://psicologiaparatodos.16mb.com

    abraços!

  2. Valery dice:

    Es la primer entrada que he leído me parece interesante como estudiante de psicología hacer análisis de estos temas .. Buena entrada! : )

    • Gracias por la visita. Si es estudiante de psicología, quizá le resulte interesante revisar la página “Acerca de” para saber de qué va este portal. La práctica basada en evidencia no es algo que forme parte todavía del programa académico de la formación en psicología, algo lamentable que debemos cambiar.

      Saludos cordiales,
      C.M.

  3. geofisica dice:

    Buen Post
    Me encantó la manera en que aborda sobre el tema.

    Volveré volviendo esta web

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